domingo, 27 de noviembre de 2011

LIMPIEZA DE NUESTRA AURA = PROSPERIDAD

Para el mes de diciembre de cada año limpia usted su casa con esmero para empezar mejor que nunca el año nuevo que viene. Arregla cajones, vota o regala cosas que no ha usado hace mucho, regala o vota lo que ya no tiene brillo, vota lo que está roto, hace un espacio nuevo en su casa.
Es preciso crear un espacio, un vacío, para que las cosas nuevas lleguen a su vida.
Es preciso eliminar lo que es inútil en usted y en su vida, para que la PROSPERIDAD venga.
Al ver el calendario usted piensa en comenzar el año nuevo mejor que nunca y hace uno o dos rituales por lo menos, adquiere un bronceado espectacular y compra ropa y/o  zapatos o algo  nuevo seguramente para sentirse diferente a como se sintio el año que ya acaba. Ese "algo nuevo" ese "diferente" ¿es una necesidad...material o mental? ...Lo que importa es que se sienta feliz!


El tercer paso es ahora...limpiar el "lodo" energético que está alrededor suyo... limpiar lo que le hace sentir miedo, lo que hace que camine con la espalda corvada, el peso de esas penas, el color de la ira y sabor del resentimiento, el olor del fracaso, el temor a la ausencia, el ruido de esas palabras . La limpieza del Aura limpia ese "lodo" que está invadiendo el campo aural para revitalizar su Ser, para armonizarlo y sentir la alegría de un nuevo comienzo,  eliminar lo que es inútil en usted y en su vida, para que la PROSPERIDAD venga a su vida, a su casa y a su salud. Mientras usted está material o emocionalmente cargando cosas viejas e inútiles, no habrá espacio abierto para nuevas oportunidades. La limpieza de Aura limpia energéticamente todo ese campo alrededor suyo, lo armoniza y equilibra para que después cualquier cosa que haga como ritual para su prosperidad tendrá un efecto mayor del que se imagina y más duradero; todo lo que haga en pro de recuperar su salud, sera más efectivo y rápido el resultado.
Como terapeuta bio energética recomiendo esta terapia incluso cuando uno está en un importante proceso de cambio o de inicio asi como cerca al día de cumpleaños.  Puede escribirme cuando guste para preguntar por una cita o mayor información. Bendiciones, que éste sea el mejor de sus días.

sábado, 12 de noviembre de 2011

BUDA Y EL PERDON...DE UN EGO HERIDO


Estaba el Buda meditando en la espesura junto a sus discípulos, cuando se acercó un detractor espiritual que lo detestaba y aprovechando el momento de mayor concentración del Buda, lo insultó lo escupió y le arrojó tierra.
Buda salió del trance al instante y con una sonrisa plácida envolvió con compasión al agresor; sin embargo, los discípulos reaccionaron violentamente, atraparon al hombre y alzando palos y piedras, esperaron la orden del Buda para darle su merecido.
Buda en un instante percibe la totalidad de la situación, y les ordena a los discípulos, que suelten al hombre y se dirige a este con suavidad y convicción diciéndole:
-“Mire lo que usted generó en nosotros, nos expuso como un espejo muestra el verdadero rostro. Desde ahora le pido por favor que venga todos los días, a probar nuestra verdad o nuestra hipocresía. Usted vio que en un instante yo lo llené de amor, pero estos hombres que hace años me siguen por todos lados meditando y orando, demuestran no entender ni vivir el proceso de la unidad y quisieron responder con una agresión similar o mayor a la recibida.
Regrese siempre que desee, usted es mi invitado de honor. Todo insulto suyo será bien recibido, como un estímulo para ver si vibramos alto, o es sólo un engaño de la mente esto de ver la unidad en todo”.
Cuando escucharon esto, tanto los discípulos como el hombre, se retiraron de la presencia del Buda rápidamente, llenos de culpa, cada uno percibiendo la lección de grandeza del maestro y tratando de escapar de su mirada y de la vergüenza interna.
A la mañana siguiente, el agresor, se presentó ante Buda, se arrojó a sus pies y le dijo en forma muy sentida
-”No pude dormir en toda la noche, la culpa es muy grande, le suplico que me perdone y me acepte junto a Usted”
Buda con una sonrisa en el rostro, le dijo: “Usted es libre de quedarse con nosotros, ya mismo; pero no puedo perdonarlo”
El hombre muy compungido, le pidió que por favor lo hiciera, ya que él era el maestro de la compasión, a lo que el Buda respondió:
-“Entiéndame, claramente, para que alguien perdone, debe haber un ego herido; solo el ego herido, la falsa creencia de que uno es la personalidad, ese es quien puede perdonar, después de haber odiado, o resentido, se pasa a un nivel de cierto avance, con una trampa incluida, que es la necesidad de sentirse espiritualmente superior, a aquel que en su bajeza mental nos hirió. Solo alguien que sigue viendo la dualidad, y se considera a sí mismo muy sabio, perdona, a aquel ignorante que le causó una herida”.
Y continuó: “No es mi caso, yo lo veo como un alma afín, no me siento superior, no siento que me hayas herido, solo tengo amor en mi corazón por usted, no puedo perdonarlo, solo lo amo. Quien ama, ya no necesita perdonar.”
El hombre no pudo disimular una cierta desilusión, ya que las palabras de Buda eran muy profundas para ser captadas por una mente llena todavía de turbulencia y necesidad, y ante esa mirada carente, el Buda añadió con comprensión infinita:
-“Percibo lo que le pasa, vamos a resolverlo: Para perdonar, ya sabemos que necesitamos a alguien dispuesto a perdonar. Vamos a buscar a los discípulos, en su soberbia están todavía llenos de rencor, y les va a gustar mucho que usted les pida perdón. En su ignorancia se van a sentir magnánimos por perdonarlo, poderosos por darle su perdón, y usted también va a estar contento y tranquilo por recibirlo, va a sentir un reaseguro en su ego culposo, y así más o menos todos quedarán contentos y seguiremos meditando en el bosque, como si nada hubiera pasado”
Y así fue.