domingo, 31 de julio de 2011

LA MEDITACIÓN según OSHO

Osho, en "EL LIBRO DE LA MUJER"  escribe sobre qué es meditar, cómo se medita, que no es y que no se hace, voy a nombrar algunos de sus puntos de vista a continuación :

  • El primer paso en la consciencia es ser muy consciente de tu cuerpo. Muy poco a poco, uno se vuele alerta ante cada gesto, cada movimiento. Y según te vas volviendo alerta, empieza a suceder un milagro: muchas cosas que antes solías hacer, simplemente desaparecen. Tu cuerpo se vuelve más relajado, tu cuerpo se armoniza más, una profunda paz empieza a prevalecer incluso en tu cuerpo, una música sutil vibra en tu cuerpo.
  • Entonces empieza a tomar conciencia de tus pensamientos; hay que hacer lo mismo con los pensamientos. Son más sutiles que el cuerpo y, por supuesto, también más peligrosos.
  • Y cuando tomes conciencia de tus pensamientos, te sorprenderá ver lo que sucede en tu interior. Si escribes lo que pasa en cualquier momento, será una gran sorpresa. No podrás creer que esto es lo que pasa dentro de ti. Escribe durante unos diez minutos. Cierra la puerta, cierra con llave puertas y ventanas para que no entre nadie, para que puedas ser totalmente honesto, ¿y mantén la chimenea encendida para poder tirarlo al fuego!, para que nadie lo sepa más que tú. Y sé completamente honesto, escribe todo lo que pasa por la mente.

  • Después de diez minutos, léelo, ¡verás que llevas dentro una mente loca! Como no darnos cuenta, toda esta locura sigue pasando como una corriente de fondo. Afecta todo lo que haces, afecta todo lo que no haces; lo afecta todo. ¡Y su suma total va a ser tu vida! tienes que cambiar a este loco. Y el milagro de la conciencia es que no necesitas hacer nada más que ser consciente.
  • El mero fenómeno de observarlo, lo cambia. Lentamente, el loco desaparece, lentamente, los pensamientos empiezan a caer en ciertos patrones; ya no son un caos, empiezan a ser un cosmos. Y, de nuevo, prevalece una paz profunda. Y cuando tu cuerpo y tu mente estén en paz verás que también se han armonizado entre ellos, que hay un puente. Ya no van en direcciones diferentes, no van montados en caballos diferentes. Por primera vez hay acuerdo, y ese acuerdo ayuda inmensamente a trabajar en el tercer paso: el de tomar conciencia de tus sentimientos, emociones, humores.

  • Esta es la etapa más sutil y la más difícil, pero si puedes tomar conciencia de los pensamientos, éste es sólo un paso más. Necesitas un poco más de conciencia intensa al empezar a reflejar tus humores, sentimientos, tus emociones.
  • Una vez que eres consciente de los tres-cuerpo, pensamientos y emociones-, se unen para formar un solo fenómeno. Y cuando los tres son uno, funcionando juntos perfectamente, vibrando juntos, sentirás la música de los tres; se han vuelto una orquesta. Entonces sucede el cuarto, que no lo puedes hacer, sucede por si mismo. Es un regalo de la totalidad. Es una recompensa para los que han hecho estos tres.

  • Y el cuarto es la conciencia suprema que te despierta. Uno toma conciencia de su propia conciencia, eso es el cuarto. Eso te hace un buda, un ser despierto. Y sólo en ese despertar uno llega a saber lo que es la dicha. El cuerpo conoce el placer, la mente conoce la felicidad, el corazón conoce la alegría, el cuarto conoce la dicha. La dicha es la meta de "sannyas", de ser un buscador, y la conciencia es el camino hacia ella.




  • Todo lo que la mente pueda hacer no puede ser meditación es algo más allá  de la mente, la mente es absolutamente impotente ahí. La mente no puede entrar en la meditación; donde acaba la mente, comienza la meditación.
  • Esto hay que recordarlo, porque en nuestra vida, todo lo que hacemos lo hacemos con la mente; todo lo que logramos, lo logramos a través de la mente. Y entonces, cuando empezamos a mirar para dentro, de nuevo empezamos a pensar en términos de técnicas, métodos, hacer, porque la experiencia entera de nuestra vida nos muestra que todo puede ser hecho por la mente. Si, excepto la meditación... Porque la meditación no es un logro; ya está ahí, es tu propia naturaleza.  No hay que lograrla; sólo hay que reconocerla, sólo hay que recordarla. Está ahí, esperándote, tan sólo un giro hacia dentro y está disponible. La llevas contigo desde siempre. ...No tiene nada que ver con hacer algo...Es tú. Es tu ser.
  • La meditación es un estado de claridad, no es un estado de la mente. La mente es confusión. La mente nunca está clara...Los pensamientos crean nubes a tu alrededor, son nubes sutiles. Crean una niebla y se pierde la claridad. Cuando los pensamientos desaparecen, cuando ya no hay nubes rodeándote, cuando existes sencillamente en tu ser, la claridad sucede. Entonces  puedes ver a lo lejos; entonces puedes ver hasta el final de la existencia; entonces tu mirada se vuelve penetrante, hasta el centro mismo del ser.
  • Tienes que dejar de pensar. "Deja de pensar" significa simplemente que no hagas nada. Siéntate. Deja que los pensamientos se asienten por sí mismos. Deja que la mente cese por sí misma. Tú simplemente te sientas mirando a una pared, en un rincón silencioso, sin hacer nada en absoluto. Relajada. Suelto. Si ningún esfuerzo. Sin ir a ninguna parte. Como si te estuvieras durmiendo despierto, estás despierto y estás relajado, pero todo tu cuerpo se está durmiendo. Tú permaneces alerta por dentro,pero todo el cuerpo entra en una profunda relajación. 
  • Los pensamientos se asientan por sí mismos, no necesitas meterte entre ellos, no necesitas intentar arreglarlos. Es como si el agua de un arroyo se hubiera llenado de barro..., ¿qué haces? No te tiras al arroyo y empiezas a tratar de ayudarlo a aclararse, ¿verdad? Así lo embarrarás más. Simplemente te sientas a la orilla. Esperas. No hay nada que hacer. Porque cualquier cosa que hagas embarrará más el arroyo. Si alguien ha pasado por el arroyo y han salido las hojas muertas a la superficie y se ha levantado el barro, lo único que se necesita es paciencia. Simplemente te sientas a la orilla. Observa, con indiferencia. Y según vaya fluyendo el arroyo se llevará las hoja muertas, y el barro comenzará a asentarse, porque no puede estar flotando para siempre. Después de un rato, de pronto te darás cuenta, el arroyo está cristalino de nuevo.
  • Siempre que pasa un deseo por tu mente, el arroyo se embarra. Así que, simplemente, siéntate. No intentes hacer nada. ...Y un día sucede la meditación. No es que tú la traigas; viene a ti. Y cuando viene, la reconoces inmediatamente...El tesoro estaba dentro de ti, pero tú estabas ocupado en otra parte: en los pensamientos, en los deseos, en mil y una cosas. No estabas interesado en una única cosa...tu propio ser.
  • ...La meditación es una aventura, una aventura en lo desconocido, la mayor aventura...Es un puro deleite. ¿De dónde viene este deleite cuando no estás haciendo nada? Viene de ninguna parte o viene de todas partes...sólo tienes que comprenderla (a la meditación).
  • Si aunque sea por un solo momento no haces nada y estás simplemente en tu centro, completamente relajado, eso es meditación. Y una vez que le hayas cogido el hábito, puedes permanecer en ese estado todo el tiempo que quiereas.
  • Primero aprende simplemente a ser y luego aprender a realizar pequeñas acciones: limpiar el suelo, tomar una ducha, pero permaneciendo centrado. Luego podrás hacer cosas complicadas. Por ejemplo, yo os estoy hablando, pero mi meditación permancece sin perturbar. Puedo seguir hablando, pero en mi centro no hay ni una pequeña oscilación; está en silencio absoluto.
  • Tu vida continúa, y continúa mucho más intensamente -con más alegría, con más claridad, más visión, más creatividad- y, sin embargo, tu mantienes una distancia, como alguien que observa desde una colina...No eres el que hace, eres el que observa. Ese es todo el secreto de la meditación, que te vuelves el que observa...sólo hay una cosa que no está permitida: que pierdas tu centro. Esa conciencia, esa vigilancia, debería permanecer absolutamente despejada, sin interrupción.
En una siguiente entrada citaré otros párrafos de este mismo tema de este libro así como de otras fuentes. Mientras tanto, hazte al hábito, medita. Gracias.