Cuando no tenemos una motivación para seguir socializando, no sentimos placer en conocer otra gente, no podemos relacionarnos con los demás e inclusive nos cuesta profundizar una relación, por otro lado, cuando estamos tan dependientes o pegados a otros que sentimos celos y nos convertimos en seres muy posesivos cuando los vemos con otras personas, todo esto puede significar que tenemos nuestro cuarto chakra, el chakra del corazón bloqueado. Podemos sentirnos entonces bastante desvinculados con el mundo que nos rodea, nos sentimos muy sensibles con las energías que provienen de los demás y preferimos pasar el tiempo solos. Tenemos baja auto estima. Rompemos relaciones. Evitamos socializar, interactuar. Nos volvemos críticos y muy exigentes, con uno mismo y con los demás. Tenemos ausencia de empatía. ¿Qué pasó?

Cuando está equilibrado, balanceado, alineado, nos podemos sentir menos tensos, menos estancados en cuanto a nuestra sociabilidad, nos sentiremos más libres y abiertos en la manera de relacionarnos y de vivir, nuestras relaciones se tornarán prosperas y la vida más fácil.

Un cuarto chakra bloqueado, puede estar hipoactivo o hiperactivo y sus extremos son total desapego a los demás o total dependencia. Algunos indicadores pueden ser los siguientes:
Nos sentimos fuera de nuestra propia realidad y de los que nos rodean.
Somos dependientes de otros y lo que dicen por lo que nos ofendemos fácilmente y muy a menudo. Percibimos las cosas fuera de contexto y estamos demasiado sensibles o por otro lado, nos sentimos totalmente independientes y desinteresados en las relaciones y conversaciones con los demás.
Estamos a la defensiva.
Sentimos celos por lo que da miedo a intimar.
Dependemos a todo costo de la atención y aprobación que nos den los otros.
Excesiva reclusión, se es antisocial, excesivo aislamiento ya que no podemos expresar nuestros sentimientos de forma clara.
Siempre gusta del rol de salvador.
No perdona y guarda rencor.
Muy exigente con los demás.
Deja que otros pasen encima de él.
Mentalidad de víctima.
No conoce sus propios límites de tal manera que se hace daño a si mismo, antepone otras necesidades a las suyas.



Se puede perdonar para no seguir haciéndose daño uno mismo. Hay una sensación de equilibrio y bienestar. Se siente el altruismo y abnegación. Se tiene emociones equilibradas, bien balanceadas, armoniosas. Ocurre la integración entre las necesidades del plano físico y terrenal con las espirituales. Podemos tener relaciones armoniosas, prósperas.
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